viernes, 12 de diciembre de 2008

El negativo responde a un positivo que se ve - Sol


El negativo responde a un positivo que se ve. Este lo desconoce.
Mientras se hunde, el positivo se presenta, se erige sobre el negativo.
El negativo lo vive desde abajo, hundido.
El espacio negativo modula el agua, la hace móvil, le permite espumarse.
Que hay de positivo en un espacio que la encausa, la contiene. La muestra, la exhibe, la fuerza a la pasividad. La naturaleza contenida entre bloques de concreto.

El negativo es abajo.
El abajo es oscuridad.
El abajo: lo que está más allá de la valla. Lo que esta más cerca del olor a podrido.
Lo que no respeta ortogonales y se extiende en el espacio desarticulado.
Lo que expulsa, evita ser recorrido, pero se siente inquietante. Lo que pide ser penetrado desde su propia prohibición.
La geografía negativa es una geografía construida: capas geológicas de escombros. Inmovilidad donde debiera haber movilidad. Accidentes geográficos no accidentales.
Tierra que no es tierra.

No hay accidente, no hay azar en el espacio.

El rechazo a lo de abajo: un “horror vacui” geográfico.

Si está abajo, hay hueco. Si hay hueco debe llenarse.
Más y más metros de tierra elevada.
Más y mas posibilidades de hacerla productiva.
Rentas, negocios inmobiliarios, termoeléctricos, industriales.

Producción y explotación.
El espacio negativo se extiende hasta las costas naturales.
Aquellas en las que ahora hay pavimento.

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