sábado, 29 de noviembre de 2008

cronica de percepción


secuestrados y secuestradores dispuestos en el espigón plus ultra, en forma de muelle. sensación de que se zarpa hacia algún lugar. el proyecto como nave. notable el espacio simbólico del espigón: antigua función de mirador al río de la plata. trabajar con la metáfora del secuestro y del interrogatorio, aun cuando suene macabro si tenemos en cuenta las implicaciones entre puerto madero y la época que se inaugura en 1976, causó (en forma de secuestro neo-hippie) un efecto de extrañamiento perceptivo, la pérdida parcial de la orientación y la exploración de posibilidades no visuales de estar-en-un-paisaje y, por lo tanto, de orientarse en él. percepciones de frontera, entre lo natural y lo tecnológico. se ocluye la vista y emerge el humus de sinestesias que sostienen nuestra visualidad urbana: esta cuestión de que la vista es sentido combinatorio, que trabaja sobre superficies que rellena con el material de los otros sentidos, un sentido de abstracción. la suspensión de la forma-ojo habilita la emergencia de otras posibilidades sensoriales, que también nos constituyen.
después, el calor: salir de la sombra y bajar al infierno. el elemento calor presidió el siguiente ejercicio de extrañamiento, en un doble sentido:
-uno, en el de traer una modalidad perceptiva de tintes alucinatorios. la sensación de caminar por un desierto de irrealidad. la plaza recién inaugurada, sin huellas, los recorridos se ven febriles, aplastados por la hora. la sensación de espacio sobre el que cayó una bomba de hidrógeno que dejó el paisaje diseñado intacto y desintegró a todos los seres humanos. los trayectos por la plaza, por los juegos de niños que seguramente ningún niño real ha tocado jamás. esa superficie perfecta de goma que amortigua las posibles caídas de niños posibles. espacio mental entre los rosales al borde de las tres torres como en una isla tipo lost, un experimento sociológico. la subida por una escalera junto a la sequoia inmensa, que proyecta una sombra, también diseñada. obreros naranjas con máquinas de podar sendas. otros barnizando muebles de la costanera (quizás actores?). tuneando los muebles publicos para que estén en su mayor nivel de posibilidad visual todo el tiempo. barniza huellas, deshuella. junto al baldío más top del mundo, en la parte de atrás del “office sales” del “faena art district”;
-dos, en el de agotar a los caminantes-perceptógrafos, favoreciendo una dinámica de disolución lenta.

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